Impulsado a la acción por la promesa que le hizo a su novia hace un año, Harry finalmente logró un gran avance en su búsqueda del éxito al conseguir un acuerdo importante para su empresa, poniendo así en marcha su inevitable ascenso. Pero lo que no previó es que el subproducto de su determinación inquebrantable invitaría involuntariamente a una presencia indeseable a su vida. El representante de la empresa subcontratista, su antiguo matón del instituto.